Actividad
Todos los productos de Bonny se cultivan en Gran Canaria, una de las siete islas Canarias. Las islas disfrutan de un clima subtropical templado y soleado durante todo el año. Este clima es ideal para cultivos dependientes del sol. Asimismo, el suelo volcánico fértil de la isla nos permite cultivar frutas y verduras ricas en sabor y nutrientes. Nuestros tomates crecen en 180 hectáreas repartidas por toda la isla en invernaderos bajo malla para proteger la fruta del viento. Los pepinos se cultivan en 150 hectáreas de invernaderos de plástico para procurarles las cálidas temperaturas que necesitan para producir.
Bonny ha creado importantes infraestructuras hidráulicas como pozos, galerías, red de tuberías, embalses, presas y estanques reguladores para proporcionar agua a los cultivos en un clima seco. Los embalses almacenan agua durante el verano para regar en otoño e invierno. También disponemos de una planta desaladora en Gran Canaria, que está transformando constantemente el agua de mar en agua dulce utilizando un sistema de ósmosis inversa que usa la energía producida por un parque eólico de autoconsumo. Un sofisticado sistema de riego por goteo maximiza la eficiencia del uso del agua.
Para proporcionar a nuestros clientes el mejor producto posible estamos constantemente investigando nuevas variedades de semillas relativas al sabor, tamaño y calidad de los productos. El personal técnico de Bonny, junto con sus colegas en Inglaterra, Estados Unidos, Israel y los Países Bajos, también investiga el vigor, la resistencia a las enfermedades y el mejor momento para plantar cada variedad. Todo esto se realiza en cooperación con el Departamento de Agro-tecnología y el Departamento de Control de Calidad y Exportación. Para Bonny, la inversión en investigación y desarrollo es una de nuestras prioridades.
Para garantizar la buena calidad y la salinidad del suelo, que afectan el sabor y la calidad de la fruta, Bonny tiene disponibles mas de 600 hectáreas repartidas en la isla aptas para la producción. Los cultivos se plantan en diferentes momentos para poder cosechar productos frescos durante todo el año.
El Grupo Bonny ha sido pionero en la reducción de uso de pesticidas desde los años 70 debido a su posible efecto nocivo para la salud y el medio ambiente. En los años 80 fuimos los primeros cultivadores de España en emplear insectos y arácnidos depredadores para combatir plagas y controlar enfermedades. Emplear injertos en tomates lo incorporamos en Canarias por primera vez en los 90 así como facilitar su polinización con abejorros autóctonos de las islas. Este método de control biológico puede reducir el uso de productos químicos sin perder la productividad de nuestros cultivos. Gracias a estas innovaciones nuestros productos están prácticamente libres de residuos.
Todos los productos Bonny se envasan en los propios centros de envasado de la empresa. Los tres centros de envasado de tomate están totalmente equipados y computarizados. El producto llega de los campos en cajas sobre palets. Las cajas se descargan directamente en cámaras refrigeradas. Después, el producto se transporta mediante una cinta transportadora a la estación de lavado, donde un equipo de empaquetadores especializados realiza la primera selección y separa la fruta de calidad extra y la fruta no comercial (enviada a las industrias de procesamiento o para consumo animal). La fruta comercial luego se separa automáticamente por color y tamaño. La fruta ahora clasificada se somete a una verificación manual antes del embalaje final. La trazabilidad final está garantizada mediante un sistema de escaneado y etiquetado de cajas que informan al consumidor final el origen, lugar y cultivo de recolección, fecha y lugar de envasado, medio de transporte y cliente del producto que está consumiendo.